El viento es un movimiento del aire desde áreas de presión más altas, hacia áreas de baja presión. Estas diferencias de presión son causadas por diferencias de temperaturas.
Generalmente, las temperaturas más frías desarrollan presiones más altas, debido al aire fresco que se desplaza en dirección a la superficie de La Tierra. Las bajas presiones se forman por el aire caliente que se irradia desde la superficie terrestre. Los fríos vientos polares interactúan en el clima global, gracias a ello se facilita el refrescamiento de la atmósfera. Los más fuertes suelen producirse en las regiones costeras, particularmente en la Antártida Oriental, donde los flujos fríos y densos bajan las empinadas montañas desde zonas interiores.
Sobre el Polo Sur se forman continuamente bajas presiones, que generan flujos de aire muy fríos hacia el exterior del Polo, en dirección a la costa, causando vientos casi constantes. De vez en cuando, el aire seco que se aleja de las regiones montañosas interiores es acelerado por gravedad a sorprendentes velocidades de hasta 320 km. por hora y que son responsables de las temidas "ventiscas" antárticas. Estos vientos llamados "Katabáticos" están controlados en velocidad y dirección por la forma de la capa de hielo.
Los temidos vientos Katabáticos crean problemas especiales a las expediciones humanas en el continente antártico, como es el "factor frío del viento". El frío causado por el viento es un factor refrescante formado por la combinación de viento y temperatura, que produce unas condiciones en las cuales, con presencia de viento, la temperatura se siente mucho más fría que en su ausencia. Este fenómeno es fácil de medir con dos termómetros; uno de ellos con la sonda humedecida y expuesta al viento. Para un mismo punto, ambos termómetros indicarán temperaturas diferentes. Este hecho y la aparición de ventiscas impredecibles, aun cuando el cielo se encuentre totalmente limpio y claro, son factores que limitan en gran medida las actividades expedicionarias en la antártida.
De 8 a 10 ventiscas por año no son extrañas en las áreas costeras de la Antártida. A menudo causan severos daños a las instalaciones y pueden llegar a enterrarlas bajo varios metros de nieve. Los vientos condensan las nieves en duros campos de espinos helados, haciendo inviable en muchas ocasiones el caminar por ellos. La Antártida es el continente con los vientos más fuertes del planeta, pueden llegar a soplar a lo largo de todo el año, a veces con velocidades de 320 km. a la hora, que en cualquier otro lugar habitado nos parecería imposible para la supervivencia continuada, más aún si tenemos que valorar las bajas temperaturas.
Generalmente, las temperaturas más frías desarrollan presiones más altas, debido al aire fresco que se desplaza en dirección a la superficie de La Tierra. Las bajas presiones se forman por el aire caliente que se irradia desde la superficie terrestre. Los fríos vientos polares interactúan en el clima global, gracias a ello se facilita el refrescamiento de la atmósfera. Los más fuertes suelen producirse en las regiones costeras, particularmente en la Antártida Oriental, donde los flujos fríos y densos bajan las empinadas montañas desde zonas interiores.
Sobre el Polo Sur se forman continuamente bajas presiones, que generan flujos de aire muy fríos hacia el exterior del Polo, en dirección a la costa, causando vientos casi constantes. De vez en cuando, el aire seco que se aleja de las regiones montañosas interiores es acelerado por gravedad a sorprendentes velocidades de hasta 320 km. por hora y que son responsables de las temidas "ventiscas" antárticas. Estos vientos llamados "Katabáticos" están controlados en velocidad y dirección por la forma de la capa de hielo.
Los temidos vientos Katabáticos crean problemas especiales a las expediciones humanas en el continente antártico, como es el "factor frío del viento". El frío causado por el viento es un factor refrescante formado por la combinación de viento y temperatura, que produce unas condiciones en las cuales, con presencia de viento, la temperatura se siente mucho más fría que en su ausencia. Este fenómeno es fácil de medir con dos termómetros; uno de ellos con la sonda humedecida y expuesta al viento. Para un mismo punto, ambos termómetros indicarán temperaturas diferentes. Este hecho y la aparición de ventiscas impredecibles, aun cuando el cielo se encuentre totalmente limpio y claro, son factores que limitan en gran medida las actividades expedicionarias en la antártida.
De 8 a 10 ventiscas por año no son extrañas en las áreas costeras de la Antártida. A menudo causan severos daños a las instalaciones y pueden llegar a enterrarlas bajo varios metros de nieve. Los vientos condensan las nieves en duros campos de espinos helados, haciendo inviable en muchas ocasiones el caminar por ellos. La Antártida es el continente con los vientos más fuertes del planeta, pueden llegar a soplar a lo largo de todo el año, a veces con velocidades de 320 km. a la hora, que en cualquier otro lugar habitado nos parecería imposible para la supervivencia continuada, más aún si tenemos que valorar las bajas temperaturas.
1 comentario:
Tené cuidado y no te vueles che, mirá que te que queremos de vuelta!! Besos
Lore
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