martes, 22 de julio de 2008

Clima Antártico

Cuando hablamos de "clima" nos estamos refiriendo a una estadística de parámetros atmosféricos durante un período de años (varias décadas); los valores duraderos de por ejemplo presión del aire, temperatura y precipitaciones, determinan el clima. La meteorología se encarga de medir todos esos parámetros según van sucediendo, para más tarde poder valorar el tipo de clima existente.

En la Antártida existen dos regiones climáticas principales: Las costeras y las de interior. Las regiones costeras son más apacibles porque las latitudes más bajas proveen rayos solares más directos en el verano, y también periodos más cortos de oscuridad en el invierno. Las costas reciben mas humedad en forma de precipitación, y también registran temperaturas más altas gracias a la capacidad del océano circundante de guardar el calor. Las temperaturas costeras más bajas a lo largo del año varían están entre -15º C y -10º C. En las costas la mayor parte de la precipitación se produce en forma de nieve y de manera inconstante entre 500 a más de 1000 mm. En el interior alcanza sólo 50 mm.

El interior de la Antártida tiene el clima más áspero del mundo, incluso más que el Polo Norte. Esto es debido a que recibe los rayos del sol de forma indirecta, haciendo que permanezca más fresco. Por largos periodos de invierno no recibe ninguna luz del Sol. El interior posee altitudes considerables que aumentan las frías temperaturas. Debido a que el interior es una masa de tierra alejada del océano, la capacidad del agua de suavizar las temperaturas no tiene ningún efecto en él. La costa es relativamente calurosa y húmeda, comparada con el seco y frío del interior.

El clima antártico resulta en muchas ocasiones chocante e imprevisible; un huracán puede rugir durante semanas y solo detenerse durante unas horas. Las temperaturas casi nunca superan los 0º, salvo en las regiones de la Península Antártica, donde se han registrado en ocasiones temperaturas que podrían catalogarse de veraniegas (aunque no perduran, precisamente por esa característica cambiante e imprevisible) y sin embargo, cuando las temperaturas son inferiores a 0º y no existe viento, se genera una sensación térmica como para despojarse de las vestimentas y tomar el Sol. El "efecto frío del viento" es bien conocido por los expedicionarios que frecuentan el Antártico.
Podemos encontrarnos con una visibilidad excepcional, ausencia total de niebla o polución, y luz solar intensa que se refleja en la nieve con tal magnitud que causaría ceguedad si no se utilizaran lentes oscuros; pero la experiencia nos dice que no hay que relajarse demasiado, el tiempo puede cambiar drásticamente en el espacio de muy pocas horas.

El aire en la Antártida es sumamente seco. Las bajas temperaturas dan como resultado una humedad absoluta muy baja, siendo este un problema para los científicos que deben realizar trabajos en el exterior: la piel se reseca y se agrietan los labios. Además, se pierde grandes cantidades de vapor de agua de los pulmones, por lo que es necesario beber frecuentemente para reponer el líquido perdido. La baja humedad absoluta también provoca que las instalaciones fabricadas en madera se resequen, causando un alto riesgo de incendio.

Alrededor de la costa las condiciones de nieblas y vientos prevalecen. Muy a menudo las nubes bajas se sitúan sobre las nieves; de esta forma se pierde el horizonte y los puntos visuales de referencia desaparecen. En esta situación es imposible seguir una ruta terrestre sin señalizarla previamente con algún objeto. Para los vuelos y navegación marítima supone un riesgo constante.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bueno !!! me gusto mucho y muy claro..
Besos
Mamá

Auroras en la Base Belgrano 2

Ozonosondeo

22 de Febrero - Día de la ANTARTIDA ARGENTINA

El día 22 de febrero se conmemora el Día de la Antártida Argentina y se cumplen 104 años de la permanencia ininterrumpida de los Argentinos en la Antártida
Antártida Argentina o Sector Antártico Argentino, a la que nosotros consideramos parte del territorio nacional, integra una vasta área que ocupa el casquete polar austral y en la que prevalecen condiciones ambientales particulares -distintas a las de América del Sur- las cuales tienen una influencia muy marcada en la presencia y en las actividades del hombre.

Por otra parte, esa zona está afectada a un régimen jurídico especial cuyo ámbito territorial abarca toda el área al sur de los 60º de latitud Sur.

La región antártica delimitada por los meridianos 25º y 74º Oeste y el paralelo 60º de latitud Sur, forma parte del que fuera Territorio Nacional de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, establecido por Decreto-Ley Nº 2129 de fecha 28 de febrero de 1957, hoy por ley provincial.

La presencia Argentina en nuestro Sector, según la actividad de los foqueros criollos y de acuerdo con la investigación histórica, se produjo en la segunda década del siglo XIX; aunque algunos afirman incluso que tuvo lugar a fines de dicho siglo.

Eran buques que desde el puerto de Buenos Aires iban a las llamadas actualmente Islas Shetland del Sur en busca de sus presas.

A fines del siglo XIX y principios del siglo pasado, la ayuda prestada por nuestro país a expediciones extranjeras, en particular la de Nordenskjöld, de Gerlache y Charcot, fueron debidamente apreciadas, quedando como resultado tangible toda una serie de nombres argentinos puestos a accidentes geográficos: Isla Uruguay, Islas Argentinas, Roca, Quintana, entre otros.

El 22 de febrero de 1904 se inicia la ocupación permanente de la Antártida Argentina, con el izamiento del pabellón nacional en la Isla Laurie del grupo de Islas Orcadas.

Cabe destacar que durante 40 años la Argentina fue el único ocupante permanente del Antártico, hecho que constituye el mejor aval de nuestros títulos de soberanía en el área.

La presencia Argentina en la Antártida tiene más de un siglo, récord que nos enorgullece, y han sido frecuentes los actos de gobierno y administrativos en relación con nuestras actividades y en defensa de los derechos argentinos.

Los títulos de soberanía de nuestro país sobre ese sector son múltiples, siendo los principales los siguientes:
1. Continuidad geográfica y geológica.
2. Herencia histórica de España.
3. Actividades foqueras desde que éstas comenzaron en la
región.
4. Ocupación permanente de una estación científica que se
mantiene desde comienzos de siglo hasta nuestros días: el
Observatorio Meteorológico y Magnético de las Islas
Orcadas del Sur, inaugurado en 1904.
5. Instalación y mantenimiento de otras bases permanentes
y temporarias en la península antártica e islas adyacentes;
también en la barrera de hielo de Filchner, aparte de
numerosos refugios en distintos puntos del sector.
6. Trabajos de exploración, estudios científicos y
cartográficos en forma continuada.
7. Instalación y mantenimiento de faros y ayudas a la
navegación.
8. Tareas de rescate, auxilio o apoyo, tales como el
salvamento a comienzos del siglo pasado, del eminente
sabio explorador sueco Otto Nordenskjöld y sus
compañeros; el rescate de un enfermo y un accidentado,
ambos ingleses de la apartada estación de Fossil Bluff.
9. Presencia Argentina en tierra, mar y aire en todo el
Sector, inclusive el mismo Polo Sur, alcanzado en varias
oportunidades alternativamente por aviones de la Armada
y de la Fuerza Aérea y por las expediciones terrestres del
Ejército.
10. Apoyo logístico y operativo en forma permanente, a las
actividades científicas a nivel internacional.

Bases Antárticas Argentinas
· Permanentes: Esperanza, San Martín, Belgrano II,
Orcadas, Jubany y Marambio,
· Temporarias: Primavera, Cámara, Decepción, Petrel,
Melchior, Brown y Matienzo

Abastecimiento aéreo

Como obtenemos el agua (leer el artículo que está abajo primero)

Viaje hasta BELGRANO 2